Java, saliendo de la burbuja

Hablando de algo qué una vez había sido una carretera un indonesio de Flores decía que el dinero no llegaba a la isla y se preguntaba que a donde iba: la respuesta es a Jakarta.

Pero me adelanto.

Si viajáis por un país musulmán os daré un consejo, no viajéis después del ramadán: todos los locales se va de vacaciones, algunos a sus pueblos de origen, y saturan los transportes (siendo ir a llorarle al jefe de la estación de trenes con que vas a perder el avión una de las pocas opciones de moverse); los hoteles se llenas y doblan su precio (es muy frustrante llegar a las 21:00 y tener que patearse decenas de hoteles para encontrar uno decente y asequible); vas a sitios increíbles y es imposible sacar la foto que quieres.

Eso es lo que me paso en Yogyakarta, el centro cultural de Java, y con las ruinas de Burubudur cerca.
No puedo decir mucho de la verdadera Yogyakarta porque estaba tomada por los turistas, pero es una ciudad en la que da gusto callejear (con muestras de arte cada poco), carros de caballos, becaks, los primeros artistas callejeros que he visto en le viaje, scouts que te ayudan a cruzar la calle, indonesios horteras, dependientes de agencias de viajes honrados que te indican como comprar un billete de tren y restaurantes que sirven cobra y boa.

Cerca de Yogyakarta están los templos de Borobudur (templo budista) y Prambanan. (templo hindú). Ambos son patrimonio de la humanidad, restaurados después de estar siglos abandonados y casi derruidos, lo que les hace parecer en algunos sitios como un puzzle montado con piezas que no encajan, pero ole a las restauraciones.
Borobudur me gusto más, y creo que hubiese merecido la pena contratar un guía. En e te enteras que en el siglo VIII había una ruta comercial que conectaba Indonesia y África


Prambanan… esta cuco comparado los con los templos de India.

En Jakarta estuve sólo una mañana, haciendo tiempo para coger el avión de vuelta a España, y es extraño encontrarse una ciudad de rascacielos en un país de casas bajas. Todo el mundo te dice que es una ciudad fea y que mejor pasar de largo, pero al menos el museo nacional merece una mañana larga.

Java con una población de 124 millones (más de la mitad de la población del país) y menos de un 10 % de su superficie parece que su política es bastante centralista. Me pase un mes en Indonesia sin abrir un periódico local y sin leer algo de su historia, pero de pronto abres uno, ves una foto de militares en la sección nacional y te entra la curiosidad. Después se te cae el mito de país idílico y te preguntas si has estado viajando por el Varadero de Indonesia… o quizá has estado viajando por zonas a las que dejan tranquilas por que no tienen recursos naturales que explotar como Papúa.

 

 

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